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28.5.10


Si al dibujarlo le hubiera puesto una identidad, una cara, probablemente le habría restado fuerza al personaje que cuenta Guiraldes, lo hubiera acercado demasiado. Por eso lo resolví con esa oscuridad que evoca un cielo nocturno, un jinete sin rostro. Una metáfora de lo que es la pampa, un círculo de cielo y tierra.


2 comentarios:

Andrés Moyá dijo...

Que bueno esta! la verdad;
sin comentarios...

Queitrel dijo...

Parece un ninja, salvo por el sombrero...
¡Un ninja-gaucho!