El “tráfico” genérico al que alude Scafati no transcurre clandestinamente de un punto a otro; está ahí, a la vista de quien quiera verlo, como virtuoso circuito productivo: el vigor y la justa eficacia del trazo, la riqueza tonal y compositiva y la diversidad de procedimientos y hallazgos gráficos inyectan vitalidad a sus poderosas escenas, y eso que se llama el asunto o todo aquello propio del universo de lo que se debe narrar, vuelve así reconfigurado y enriquecido al campo de interés específicamente dibujístico del artista, para que él siga abonando este movimiento perpetuo donde anécdota, representación y lenguaje marchan acompasadamente, como aceitada maquinaria.
25.5.10
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Eduardo Stupía
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