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1.3.10

Entro en una nube y todo desaparece, no veo ni mis pies, estoy envuelto en un silencio espeso, mi mente está vacía, no sé si estoy vivo o muerto.
De pronto, como una aparición, veo la cabeza de un caballo que me mira, estamos a no más de un metro de distancia.
No me extrañaría encontrar un ángel perdido, pero solo aparecen recuerdos flotando en esta nada: un plato de sopa de letras, unos zapatos marrones que usé cuando niño, el lejano ruido de los trenes que escuchaba en mi infancia, la voz de mi madre.Soy un alma errante, un peregrino, pierdo la noción del tiempo transcurrido, siento hambre o sed, pero también siento muchas mas cosas de las cuales ignoro las palabras que podrían expresarlas.


3 comentarios:

Rayen dijo...

Nubes, gotas que patinan por la nariz cual niños en tobogán y hasta laminas doradas de sol que se pegan y se despegan de a poco de la superficie de la piel... que calidas reflexiones, tranquilas, un andar lento y continuo hacia un no se sabe donde, porque aún no ha llegado

Matías dijo...

Maravillosos retratos Luis!!

luis scafati dijo...

Gracias Flor, gracias Mati, un abrazo para ambos.