Nadie sospecha que Dios vive en una callecita del barrio de Almagro. Es un señor mayor, tranquilo y taciturno, le gusta caminar unas cuadras hasta el mercadito de los chinos, tomar mate y ver como crecen los malvones que cultiva en cinco macetas.
Cuando alguna vecina exclama “Dios mío” el se da vuelta creyendo que lo llaman.
2.4.10
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6 comentarios:
Lo sabia era (El) solo (EL)
Je, je ¡Maravilloso como siempre!
Hace tiempo no dejaba nada, talvez me recuerdes:
un saludo desde México,
Myriam
Luis solo quiero agradecerle, su trabajo es una gran fuente de inspiracion para mi,admiro su obra profundamente... Saludos.
Tamia, yo sabía que lo sabías pero igual lo publiqué.
Hola Yael te habías perdido, gracias a Dios volviste!
Ariel, un abrazo.
Buenísimo esto Luis, pero yo creo que a la vuelta de mi casa hay un viejito que hace lo mismo, ¿será por eso de que Dios está en todas partes?
Puede ser el tema de la ubicuidad.
Aunque también dicen que está en todas partes pero atiende en Buenos Aires.
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