Después estas influencias no desaparecen pero se transforman en otra cosa. Y aún hasta el final de su vida, un pintor, cualquiera sea su genio, aun los más grandes (y pensemos en los mas importantes pintores de nuestro siglo), mantiene una iconografía restringida, que es excluyente de todas las otras, se ha formado a partir de una reflexión sobre la pintura que ha habido antes, introduciendo elementos propios.
13.4.10
Etiquetas:
Juan José Saer
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario