De la vida del dibujante en su estudio

Porque la prosperidad del cuerpo no agoste la del ingenio, el pintor o dibujante ha de ser solitario, máxime cuando esté empeñado en especulaciones y consideraciones que, apareciendo de continuo ante sus ojos y su memoria alimentando, han de ser puestas a buen recaudo. Mientras estés solo, te pertenecerás por completo; si acompañado por un camarada, tan solo a medias, y tanto menos cuanto mayor sea la indiscreción de su conducta. Y si con más camaradas, más caerás en semejante inconveniente. Si tú dijeras: “Yo seguiré mi propio camino y me mantendré aparte por ver de especular con más tino sobre las formas de las cosas naturales”,te replicaría que malamente podrás hacerlo, pues no serás capaz de evitar que en ocasiones tus oídos atiendan a su cháchara. Y así, no pudiendo servir a dos señores, mal empleo harías de la compañía y aun peores serían las consecuencias para la especulación de tu arte. Y si tú dices: “Tanto me alejaré que sus palabras no llegarán hasta mí y no me empacharán”, a esto te replico que por loco serás tenido. Ves, por otra parte, que si así obraras, estarías bien solo. Si quieres compañía búscala en tu estudio: te servirá par obtener las ventajas que nacen de las diversas especulaciones. Toda otra compañía podría serte harto dañosa.
Leonardo Da Vinci
Tratado de pintura