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16.1.10


Conocí a Eduardo en la facultad de Artes, éramos dos jóvenes iconoclastas, naturalmente nos hicimos amigos, juntos descubríamos un mundo, discutíamos apasionadamente, teníamos certezas que el tiempo fue disolviendo.
Eduardo era un dibujante sensible e inteligente, amaba el grafito y cierto azul del pastel, un vero artista, un ser luminoso. Sus dibujos están cargados de energía, de felices ideas, en mi museo mental ocupan las mejores salas.
Nos unía (entre otras cosas) el humor, cuando estábamos juntos nos potenciábamos y nos divertíamos mucho. Tenía un agudo sentido del humor, a veces negro, después que lo operaron (tenía un tumor en el cerebro) me dijo:”me sacaron un tumor, ahora lo van a estudiar, si es benigno me lo ponen de nuevo”.

4 comentarios:

gustavo roldan dijo...

Luis:
Siempre miro tu blog, como siempre miré tus dibujos en publicaciónes varias desde que tenía 16 0 17 años.
Hace un poquito más de un año me pasó lo mismo que a vos con un amigo muy querido, también dibujante. Seguramente esto me empuja a mandarte un mensajito. Y de paso, un abrazo.

luis scafati dijo...

Así es Gustavo, gracias por tus lineas, Pichuco decía que con cada amigo que se va, una parte nuestra se muere, un abrazo.

Marycel dijo...

No hay palabras para definir el dolor de la pérdida de un amigo, pero consuela pensar en un reencuentro. Nadie sabe que sigue después del intervalo maestro.
Un abrazo grande.

Anónimo dijo...

En un extraño día como hoy entre ni olvidos ni perdones... recordaba como siempre el natalicio de Eduardo y encontré estas palabras tuyas.. tan justas y cálidas.. El conocer tu obra y la hermosa persona que sos son de las tantas cosas que le agradezco a El. Un abrazo grande como el amor que se tuvieron.
María Laura Furlani